domingo, 21 de marzo de 2010

Ciencias Místicas y Conocimientos Universales: Recorriendo y explorando nuestro ser interior

CONCEPTOS MEDULARES

El mayor deseo de toda persona pensante, es o debería ser el conocerse a sí mismo en su fuero interno y desconocido, tanto por su propia evolución humana como por su propio desarrollo espiritual.

Para esta proeza, comencemos por internarnos dentro de nuestro propio ser.

Estando solos y cómodamente sentados, nos sumimos en un estado somnoliento y reparador. La Gnosis nos está llamando.

Imaginamos que por el centro de nuestra frente sale un humo azul que nos envuelve totalmente, y al mismo tiempo pensamos que se abre una pequeña puerta en nuestro propio corazón, y que por ella penetramos al universo interior.


¡Nunca hubiéramos imaginado un lugar tan hermoso y cálido, similar a un gran castillo lleno de amor y paz infinita!


Muchos espacios internos como secretos tiene ese corazón nuestro, en el cual tenemos toda nuestra vida presente y pasada como escrita con un saber definido, como escrita con letras de molde.

Nos encontramos en un gran salón hermosamente engalanado de suaves colores y con piedras luminosas, que permiten desplazarse por el mismo con gran soltura, pudiéndose observar una gran cantidad de pequeñas salas, las cuales tienen su propio distintivo y razón de ser.


Entramos en la primera sala, y nos encontramos con un gran espacio lleno de antiguos artículos de arte, cuadros, dibujos, esculturas, cofres de joyas... Y también se observa allí gran cantidad de fotografías, a las que nunca antes les dimos importancia.


La sala contigua contiene gran cantidad de instrumentos musicales, y al penetrar en la misma podemos escuchar las más queridas y recordadas melodías, que nos traen quizás buenos recuerdos.

Penetrando en la subsiguiente sala, podemos escuchar voces, palabras, frases conocidas, que también nos traen muchos recuerdos entre telas y marañas.

Es un mundo de sucesos guardados como en el gran fichero de nuestra mente, y en el propio universo donde todo está respaldado.

Continuamos el camino, continuamos la exploración, y nos encontramos frente a nuestros instintos y pasiones, ciertamente muy bien escondidos, y que en distintas situaciones nos dominan totalmente.

“El ego inferior o personal” es lo que se relaciona con las pasiones, los deseos, los instintos animales.

Esto conforma lo que se podría denominar como una falsa personalidad. Obrando por medio del cuerpo físico y de su fantasma doble, el "ego inferior" puede ser considerado como “mortal”.

El “ego espiritual” corresponde al “ego divino”, y está asociado con el alma pura y elevada del hombre, en la búsqueda de un camino superior.


Continuamos nuestro recorrido mirando y admirando todo lo bello del lugar, pasamos ahora frente a una puerta que se abre sola, y nuestra curiosidad nos lleva a atravesar la misma.

Nos encontramos ahora en un lugar oscuro, pero donde igual podemos apreciar una sala llena de espejos, y donde en cada uno de ellos podemos observar nuestro propio reflejo mostrando tal cual somos en realidad y en distintos aspectos. Y así podemos observar nuestra propia posición frente al mundo social exterior, o nuestros pensamientos más hirientes, o nuestros engaños compasivos, o nuestros seres más queridos...

Nos retiramos de allí muy pensativos, por todo lo observado. En esos espejos pudimos mirarnos a nosotros mismos, en lo exterior y en lo interior, pero como si observáramos y analizáramos a otra persona.

Ahora nos acercamos a un rincón cómodo y placentero, un lugar apropiado para pensar y reflexionar sobre todo lo vivido en nuestro anterior recorrido.


Todo lo visto en la relatada experiencia nos provoca el análisis de nuestra propia vida, partiendo desde la infancia, y recorriendo luego todas nuestras diferentes etapas y nuestros más relevantes momentos de nuestra efimera existencia.

Así hemos podido inventariar los errores cometidos, los grandes aciertos, los actos de bondad...

En nuestra breve escala en este planeta Tierra, concurrimos a la escuela de la vida con la expectativa de aprender.

¡Todo esto bien puede surgir de aquel rincón de nuestro corazón que nos es tan querido, y que es tan trascendente!

Continuamos ahora nuestro camino de vida, observando toda la magnitud y belleza que existe en nuestro mundo, y que podemos guardar en recuerdos para siempre tener testimonio de lo vivido.

Nuestro ”rincón sagrado“ es sólo nuestro. Es el lugar ideal donde podemos meditar nuestras alegrías y nuestras tristezas.


Al llegar al final del recorrido, al llegar al fondo del ”corazón”, podemos divisar una magnifica puerta, la más bella jamás vista o imaginada.

La abrimos, y pasamos entonces a un jardín maravilloso, a un lugar muy bello, lleno de paz, que me brinda un amor infinito.

Recorremos todo aquel jardín, hasta sentir un nítido y placentero cansancio.

Nos refrescamos en un río muy hermoso de aguas trasparentes y calidas, y rodeado de peces de colores y de algunas flores que flotan aquí y allá.

Y en esta situación sentimos todo lo maravilloso que nos aporta la vida.


Sentimos el aroma del agua fresca, y el perfume de flores de hermosas y exóticas especies.

Con certeza nos encontramos en el paraíso, en cuyo centro se observa un árbol muy frondoso y bello, el árbol más frondoso y más bello que nadie antes ha podido imaginar.

La fresca y agradable sombra de este árbol nos invita al descanso. Y así pasamos a disfrutar plácidamente de un muy dulce reposo, que nos permite llevar a vuelo la propia meditación, que nos permite apreciar el trinar de las bellas y exóticas aves que de vez en cuando se cobijan entre las ramas.


PENSAMIENTO DE CIERRE

¿Qué vigencia tienen hoy día los diez mandamientos de la religión judeo-cristiana? ¿Siguen siendo una guía ética y moral para la sociedad occidental, una base para la orientación del comportamiento individual, a pesar del paso del tiempo y del cambio radical de vida y costumbres?

Obviamente lo planteado es muy removedor y controversial. Pocos filósofos y pocos historiadores son capaces de explicar con sencillez y claridad las grandes cuestiones que afectan a la historia y a la evolución de la humanidad, y ese código de diez mandatos divinos inscritos en la Ley de Moisés a su pueblo, sin duda puede ser tomado como una guía práctica tanto por creyentes como por no creyentes.

Claro, por supuesto, hay que ubicar este código en su época original, por lo cual en este siglo XXI será necesario reinterpretarlo convenientemente, para que así estas recomendaciones sirvan de una mejor manera a las personas que las aplican.

Sin apartarnos de la realidad y sin olvidar las cuestiones que más nos interesan e importan a todos, sin duda conviene reconocer la gran hipocrecía imperante en nuestra época. Recordemos el "no matarás", recordemos lo referido al "adulterio", tengamos presente también lo relativo al "no robarás" y lo concerniente al "honrarás a tus progenitores". Sin duda en los tiempos modernos se hace presente un quiebre de espacios, el de los pensamientos teóricos y el de la realidad cotidiana. Muchos de nosotros tenemos dos caras.

La sociedad actual es demasiado compleja, y la justicia humana tiene hasta hoy un número demasiado importante de restricciones operativas, especialmente dentro de los grandes grupos humanos. Ya no basta dejar las elecciones últimas de las personas al arbitrio de su sola conciencia individual; la sociedad humana organizada debe penalizar con equidad pero con firmeza, tal como en otros tiempos se establecía una justicia divina que tarde o temprano emitía su fallo inapelable y establecía penas.

Con toda certeza, con seriedad debemos empeñarnos en bien efectuar una reinterpretación moderna y universal de los principales tabúes y preocupaciones humanas de todos los tiempos.



Para comunicarse con el autor, utilizar la siguiente dirección de correo electrónico: leyesuniversales@hotmail.com

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