miércoles, 21 de abril de 2010

Grandes problemáticas de nuestro tiempo, Parte II: Una visión general sobre las armas químicas

PALABRAS PRELIMINARES

Las armas químicas adquirieron notoriedad a raíz de su empleo por las fuerzas iraquíes, a efectos de contener el avance iraní en la guerra que ambos países libraron entre 1980 y 1988. Pero el episodio no hizo más que actualizar un problema que es más antiguo de lo que generalmente se cree. Estas líneas no son más que una introducción a un problema muy complejo y multidisciplinario, y el objetivo que nos anima es presentar material sobre este tópico de buena claridad. Para un mejor manejo de estas ideas por parte de los lectores, hemos dividido nuestro escrito en tres partes: (I) Las armas químicas a través de la historia; (II) Una visión general de los agentes químicos de guerra; (III) Evolución de los instrumentos jurídicos de desarme.

UNA VISIÓN GENERAL SOBRE LOS AGENTES QUÍMICOS DE GUERRA

Los agentes químicos de guerra pueden clasificarse de acuerdo a diferentes criterios. El más generalizado se basa en el uso y en los efectos fisiológicos. Hay tres grupos:

• Agentes letales
• Agentes incapacitantes
• Agentes irritantes

PRIMER GRUPO: AGENTES LETALES

Con las concentraciones alcanzadas en el terreno, pueden provocar incapacitación, daños severos, y aún la muerte. Se distinguen tres categorías de agentes letales: agentes de choque, agentes sanguíneos, y agentes nerviosos.

(a) AGENTES DE CHOQUE

Afectan principalmente el sistema respiratorio, pudiendo dar lugar a intoxicaciones severas, a edema pulmonar, y a muerte por asfixia. Uno de los miembros más conocidos es el fosgeno, sintetizado en 1812.

Fue empleado por primera vez el 19 diciembre 1915 por los alemanes contra fuerzas británicas, cerca de Ypres, causando entonces 120 muertes y más de 1000 afectados. Los primeros síntomas de intoxicación son: irritación ocular, irritación del tracto respiratorio, y tos. Tras un período de latencia de hasta 48 horas, aparecen signos severos como disnea, dolor de pecho, expectoración amarillenta, y cianosis. Sigue edema pulmonar y muerte. En los pacientes que han sobrevivido, quedan secuelas como bronquitis crónica y enfisema. Algunos autores señalan que el fosgeno fue responsable por el 85% de las muertes atribuídas a las armas químicas en la Primera Guerra Mundial.

(b) AGENTES SANGUÍNEOS

Estos productos inactivan un enzima llamado citocromo oxidasa, de primordial importancia en los procesos celulares de respiración. Los síntomas pueden instalarse rápidamente, y sus efectos dependen en gran medida de la concentración que alcanzan en el terreno, ya que son detoxificados naturalmente por el organismo con relativa rapidez. Desde el punto de vista militar su importancia es secundaria, debido a la extrema volatilidad. El más conocido es el cianuro de hidrógeno, empleado por los nazis para exterminio en masa en las cámaras de gas.

(c) AGENTES NERVIOSOS

También se les llama “agentes neurotóxicos” o “gases nerviosos”, pero no son gases, sino sólidos o líquidos muy volátiles; para uso militar se dispersan en forma de aerosoles.

Se trata de productos relacionados con los plaguicidas organofosforados, y son extremadamente tóxicos para los mamíferos, particularmente por vía percutánea.

La toxicidad aguda se debe a la inhibición del enzima acetil colinesterasa, responsable de la degradación del neurotransmisor acetil colina, cuya acumulación en el espacio sináptico, ocasiona la aparición de parálisis o sobre excitación, dependiendo del tipo de fibra nerviosa afectada. Los síntomas incluyen salivación excesiva, dificultad para respirar, abundante transpiración, vómitos, incontinencia, calambres y convulsiones.

El efecto más crítico es la parálisis de los músculos respiratorios y la acción sobre el centro respiratorio del sistema nervioso central. Usualmente la muerte sobreviene por parálisis respiratoria. Existen dos grandes grupos de productos: los agentes G (sarin, soman, tabún y sus derivados) y los agentes V (VX y sus derivados).

Si bien existen antídotos efectivos, su administración debe hacerse inmediatamente de instalados los primeros síntomas.

Los soldados preparados para la guerra química, disponen de jeringas conteniendo la dosis apropiada de antídoto y pueden autoinyectarse en el terreno.

Debido a diferencias en las estructuras químicas, algunos agentes bloquean irreversiblemente el enzima, tornando así muy dificultosa la recuperación.


El VX y sus derivados operan del mismo modo, pero son mucho menos volátiles, por lo cual poseen mayor persistencia en el ambiente. La muerte sobreviene pocos segundos después de manifestarse los primeros síntomas, por lo que brindan un pequeñísimo margen de acción para la aplicación de antídotos.

SEGUNDO GRUPO: AGENTES INCAPACITANTES

Estos agentes incapacitan a una persona, impidiéndole desarrollar normalmente las tareas, pero no causan la muerte, y solamente en casos excepcionales pueden ocasionar daño permanente. Por lo general poseen un alto rango de seguridad, es decir, una gran diferencia entre la dosis de incapacitación y la dosis letal. Los efectos no aparecen de inmediato. Se distinguen dos categorías: agentes incapacitantes físicos y agentes incapacitantes psíquicos.

(a) AGENTES INCAPACITANTES FÍSICOS

Causan ceguera o parálisis temporarias, vómitos y diarrea. Agentes vesicantes como el gas de mostaza o mustard así como las mostazas nitrogenadas, pueden ser considerados incapacitantes físicos, aunque su rango de seguridad es muy bajo, y en ciertas condiciones pueden fácilmente causar la muerte.

El desarrollo del mustard como agente químico de guerra, fue llevado a cabo por Fritz Haber en Alemania durante la Primera Guerra Mundial, y se empleó por primera vez en la noche del 12 de julio de 1917, cerca de Ypres, contra fuerzas británicas, las cuales, en los siguientes tres meses tuvieron más de 14000 afectados.

El mustard ha sido llamado "rey de los gases de guerra"; el 10% de los afectados por este producto en la Primera Guerra Mundial tuvieron consecuencias fatales, y aún hoy es considerado un agente de guerra peligroso y temible.

El mustard afecta ojos y pulmones, pero particularmente la piel, provocando ampollas muy dolorosas y difíciles de cicatrizar. Algunos síntomas comienzan a manifestarse varias varias horas después del contacto. El mustard se combina químicamente con las proteínas y con los ácidos nucleicos de la piel, interfiriendo en los procesos normales de reproducción celular.

Irak empleó mustard para contener una ofensiva de Irán en 1986, y a causa de ello, miles de soldados iraníes, no preparados para la guerra química, resultaron con gravísimas lesiones, fundamentalmente quemaduras. Varias decenas de los sobrevivientes fueron atendidos en hospitales europeos. El tratamiento fue exitoso y pudieron retornar a la vida normal, pero con terribles cicatrices y pronóstico reservado en el largo plazo. El costo del tratamiento era tan elevado, en términos humanos y materiales, que claramente estaba fuera de las posibildades de los países beligerantes.

(b) AGENTES INCAPACITANTES PSÍQUICOS

Estos productos afectan el estado mental de una persona. Sustancias de origen natural con propiedades alucinógenas como el LSD y la mescalina, pertenecen a esta categoría.

Uno de los productos más extensamente estudiados y que fue preparado como munición química, es el BZ, entre cuyos efectos pueden mencionarse: taquicardia, disminución de la actividad física y mental, alucinaciones, y disminución de la temperatura corporal. Los síntomas no aparecen de inmediato, y pueden durar desde pocas horas hasta varios días.

TERCER GRUPO: AGENTES IRRITANTES

Al igual que los incapacitantes, estos agentes poseen un amplio rango de seguridad, pero con efectos que se instalan de inmediato, y que desaparecen rápidamente cuando cesa la exposición a los mismos. Usualmente se les divide en dos categorías: (a) agentes lacrimógenos y (b) agentes vomitivos.

(a) AGENTES LACRIMÓGENOS

Estos productos no son considerados como armas químicas, ya que no provocan la muerte ni daños permanentes, sino sólo incapacitación temporaria, debido a irritación ocular y de las mucosas. Su valor militar es escaso porque pueden emplearse medidas de protección sencillas y eficaces. Las fuerzas policiales los utilizan para control de disturbios, y suelen ser empleados también con fines de entrenamiento militar. Entre los más conocidos se encuentran el CN y el CS. Un producto de este tipo fue empleado por primera vez para control de disturbios en Paris en 1912. Los efectos son inmediatos, duran varios minutos, y cesan cuando cesa la acción del agente, sin dejar secuelas. No obstante, empleados en ambientes cerrados, pueden ocasionar serios problemas y aún la muerte.

(b) AGENTES VOMITIVOS

Estos productos irritan las mucosas y provocan tos y vómitos.

Uno de los más conocidos es el adamsite, que además causa dolores de pecho y náuseas.

El malestar se instala en 1 a 2 minutos y puede durar de 30 minutos a 12 horas.

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