viernes, 28 de octubre de 2011

Letra chica de los contratos y publicidad engañosa, concretizan discretas formas de timo: Antes de firmar un nuevo servicio o un cambio de compañía, es recomendable bien asesorarse


Atención consumidores desprevenidos: Estén siempre atentos, y desconfíen de los ofrecimientos aparentemente generosos

No crea mucho en las ofertas comerciales aparentemente generosas, sean ellas transmitidas por los medios masivos de comunicación social, o sean ellas personalizadas a través de un vendedor o corredor ambulante.

Es bien sabido que la publicidad engañosa o que la argumentación comercial deshonesta, no se ha inventado en nuestros días, pues se aplica desde hace ya tiempo.

Lo que llama la atención, es que este tipo de cosas ocurran hoy día con servicios públicos, y en países supuestamente desarrollados y democráticos, con larga tradición en cuanto al llamado "Estado de bienestar" o "Estado Providencia", como sin duda es el caso de España. Pero bueno, lo cierto es que estas cosas ocurren.

¿Cómo es el "modus operandi" de estas estafas o engaños por el momento legalizadas?

Bueno, recogeremos aquí el caso de una de nuestras informantes, pero al margen de diferencias de procedimiento al cambiar de empresa y de provincia, "cuentos del tío" así ocurren en diferentes lugares y contextos, ante la pasividad de los ayuntamientos y del gobierno español.

El caso citado se refiere a "Unión Fenosa", la compañía de electricidad de España.

Parece ser que en mérito a la competencia, se ha autorizado a empresas privadas a proporcionar servicios de electricidad a clientes en todo el territorio español, de forma que el suministro de electricidad no cambia pues se sigue haciendo por la infraestructura física del ente público, ya que entre el mismo y la otra empresa hay una subcontratación o un subarriendo.

En el caso, la empresa privada se encarga pues de la cobranza y de algunas reclamaciones, por cierto, una tarea menor.

Ahora bien, obviamente las instituciones privadas que entraron en ese negocio, deben tener un buen argumento comercial para atraer clientes, y el que están utilizando hoy día y con el que convencieron a nuestra informante, es ofrecer un 15% de descuento en las facturas, por ejemplo por el primer año.

Claro, los incautos clientes hacen números, concluyen que el ahorro es considerable, y algunos se convencen y firman. Y sin embargo, les están estafando.

¿Dónde está la trampa?

Lo cierto es que las empresas que operan de esta forma efectivamente otorgan un 15% de descuento en sus facturas por el primer año a sus nuevos clientes, pero lo que no dicen es que ellos cobran la energía a un precio mayor que el que aplica la empresa estatal. De esta forma, durante ese primer año que el cliente pensaba ahorrar algún dinerillo, en realidad el ahorro logrado resulta ser nulo o incluso ligeramente negativo y en contra del usuario, y lo peor es que luego del año se comenzará a pagar bastante más de lo habitual por el servicio, tal vez entre un 15% y un 18% más, porque el descuento cesa y las tarifas eléctricas siguen siendo caras.

Obviamente, la estafa o el engaño se cierra con la letra chica del contrato firmado, en donde dice que el nuevo cliente se compromete a mantener el contrato al menos por 18 meses.

Lo ocurrido a la informante señalada se concretó hace unos pocos días en Galicia, durante el presente mes de octubre de 2011, y felizmente para la engañada, ella tuvo la suerte de ser asesorada por vecinos, quienes le advirtieron de su error, y quienes le ayudaron a hacer los procedimientos necesarios para anular ese contrato, cosa que se estaba a tiempo de hacer pues aún no habían transcurridos siete días de la firma del nuevo contrato. Claro, la susodicha igual perdió, pues tuvo que pagar 30 euros por el telegrama para darse de baja en el plazo de los siete días, trámite al que tuvo que dedicarle tiempo, molestando además a un par de vecinos que la ayudaron pues ella es una persona ya de edad, que no se maneja bien con estas cosas.

¿Qué falta en España para que este tipo de cosas no ocurran? Obviamente una buena "Ley de Publicidad Engañosa", pues "el chancho no es culpable sino el que le rasca el lomo y le da de comer".


DE ÚLTIMO MOMENTO: Otro vendedor a domicilio, muy posiblemente el mismo al que se hace referencia en la sección anterior, concurrió con el mismo argumento de venta a otro domicilio, donde ya se había informado a sus residentes sobre este tipo de engaño (miércoles 2 de noviembre de 2011)

El dueño de casa escuchó pacientemente toda la argumentación comercial, y cuando ella terminó, le expuso lo que sabía de ese asunto, así como el caso de su vecina, y lo que ella había hecho tres días después de firmar.

Como disculpas, el vendedor argumentó que en realidad no se sabía cómo iría a evolucionar el precio de la electricidad en España después de las próximas elecciones del 20 de noviembre de 2011, por lo que en realidad las ventajas para los usuarios quedaban un tanto inciertas luego de cierto tiempo.

Pero igual, manifestó que lo que él ofrecía era una ventaja para el usuario durante al menos el primer año y medio, luego de lo cual y para que el usuario pudiera seguir ganando, muy probablemente lo que le convendría era darse de baja en la empresa y contratar a otra, para así beneficiarse de las ventajas por nueva afiliación que generalmente dan estas empresas de electricidad, así como también las que se desempeñan en otros ramos.

Bonito panorama entonces para el usuario. Estar atento a los vencimientos de contratos, y cambiar constantemente de empresas, para eventualmente lograr alguna ganancia (si ella realmente existiera), y con el riesgo de perder si no se manejaran con idoneidad estas afiliaciones/desafiliaciones, o si se olvidara alguna fecha de fin de contrato.

SE REITERA LA ADVERTENCIA A LOS USUARIOS: No se complique cambiando de empresa proveedora de un servicio público, por la eventualidad de una ganancia, pues lo más probable es que termine perdiendo y no ganando.

Antes de retirarse del domicilio de su potencial cliente, el vendedor, insistente, pidió que se pensara la oferta, y que en caso de cambiar de opinión, se lo llamara por teléfono. El susodicho dejó así sus datos, dijo llamase Rubén, y tener el teléfono 663648918. Además, dijo representar a la empresa IBERROC-electricidad.

1 comentario:

  1. Efectivamente Sr Anselmi, lo barato a menudo sale caro.

    Me parece más juicioso, en vez de cambiar de proveedor (habitual y fiable), conocer las ofertas de la competencia, y luego negociar, para obtener tarifas o condiciones más ventajosas... evocando incluso la posibilidad de rescindir el contrato vigente, en caso contrario.

    Thomas Namer, Chambéry - Francia

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