miércoles, 7 de marzo de 2012

Renovada agenda de las investigaciones astronómicas: El Sol en el 2012

LAS TORMENTAS SOLARES Y SUS EFECTOS SE INCREMENTARÁN EN EL 2012

El Astro Rey periódicamente bombardea nuestro planeta con radiación y plasma, resultante de formidables erupciones, como la registrada en el mes de febrero del presente año 2012, de hecho la más intensa de las producidas en los últimos seis años.

Tengamos presente que este tipo de radiación incide sobre los satélites artificiales y sobre los cosmonautas en el espacio. Asimismo puede causar interrupciones en las comunicaciones y ocasionar dificultades a los aviones en vuelos transpolares.

El citado fenomenal suceso de febrero no generó estragos, pero fue causa de que se vieran espectaculares "auroras", tanto boreales como australes, cerca de los círculos polares.

Este extraordinario acontecimiento consiste en un "meteoro" luminoso, que es apreciable en zonas de altas latitudes (es decir, cercanas a los polos). Aparece con variadas formas, de velos flotantes, de abanicos, de cortinados, con todos los colores del arco iris, pero con un neto predominio de los verdes y los rojos.

Consiste en la captura, por parte del campo magnético de nuestro planeta, de un "flujo" extraordinario de partículas de alta energía, particularmente protones, procedentes del Sol. La captura produce una "tormenta magnética" con la consiguiente luminosidad.

En tiempos antiguos, este espectáculo formidable impresionaba vivamente a los pueblos que lo apreciaban.

Para los Vikingos y para los Germanos, por ejemplo, eran las almas de los guerreros, caídos valerosamente en los campos de batalla, que eran llevadas por las diosas "Walkirias" a las celestiales moradas del Valhala, el palacio de los dioses nórdicos. Como puede apreciarse, una explicación mitológica, para un fenómeno natural.

Desde nuestro hemisferio sur, las auroras polares son visibles en especial desde ciudades muy australes de la América Meridional, como Punta Arenas en Chile, o Usuaia en Argentina.

Están constituídas por una multitud de partículas, divididas y electrizadas, dotadas de movimiento giratorio, en continua reacción, y ubicadas a gran altura, en la envolvente gaseosa que rodea nuestro mundo.

La intensidad de la "auroras polares" está íntimamente vinculada con la actividad de las "manchas" solares. Dichas partículas son capturadas por el campo magnético de nuestro planeta, y luego canalizadas hacia los "polos magnéticos". Ese es el motivo por el cual las auroras se ven siempre desde las regiones polares.

Sin embargo, en ocasiones excepcionales, también se llegan a apreciar en otras latitudes. Se han registrado algunas, desde el Mediterráneo. Por ejemplo, en el siglo IV antes de Cristo, fue observada y descrita una desde Atenas, por parte de Aristóteles, el gran filósofo de la antigüedad.

¿Podrían esos fenómenos eruptivos en el Sol, ocasionar alteraciones en los seres humanos y en los demás seres vivos, afectar a las mujeres embarazadas, desorientar a los animales migratorios, alterar tal vez la propia psiquis humana?

Responderemos estas interrogantes en un próximo encuentro.

Y que tengan todos una excelente jornada, plena de realizaciones personales...

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